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Las lavanderas

Ubicación: Sala 91
Cronología: 1778 - 1779
Técnica: Óleo
Soporte: Lienzo
Medidas: 257,5 cm x 166 cm
Escuela: Española
Tema: Paisaje
Procedencia: Real Patrimonio, 1870

Goya nos presenta en esta obra uno de los oficios que ha permanecido vivo en nuestro país, sin apenas transformaciones, hasta avanzado el siglo XX: las lavanderas en el río Manzanares.
Son mujeres que lavan para la familia, pero también para personas de clase media y alta o para instituciones oficiales como hospitales y cuarteles. En algunos pueblos ha sido una profesión generalizada, aunque los ingresos son muy bajos. Se trata de un trabajo de gran dureza física, que exige una posición encorvada y contacto permanente con el agua, con sus correspondientes efectos estacionales.
Estos lavaderos fueron espacios tradicionales de sociabilidad femenina; en ellos se comparten tiempos, problemas y saberes; confidencias, bromas y risas. En 1790 un Real Decreto, dirigido a las lavanderas del Manzanares, les prohibía gritar y hacer gestos obscenos a los transeúntes. Cabría preguntarse sobre la presencia y conductas masculinas que generaban esa respuesta.
El siglo XIX generalizó los lavaderos públicos, más – quizás- por planteamientos morales y económicos que pensando en mejorar las condiciones laborales de esas trabajadoras.
La relación de las mujeres con el agua ha inspirado numerosas iconografías en la Europa Moderna. Asociadas al baño y los placeres corporales –esencialmente en representaciones de carácter mitológico- , y a tareas de tipo doméstico, como lavanderas y portadoras de agua, en la vida real. Ambas actividades fueron exclusivas de las mujeres. Rescatarlas y reconocerlas como trabajo social productivo es una de las propuestas historiográficas de la historia de las mujeres.