Las mujeres en el Museo González Martí

Los negocios son cosas de hombres. Sala Japonesa

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El orientalismo que se puso de moda en los palacios europeos en el siglo XVIII contagió el mundo nobiliario y burgués en la decoración de espacios y el consumo de elemento decorativos y de uso cotidiano. Ese consumo afectó al diseño y producción en la propia Europa, especialmente al mundo de las porcelanas y telas. En las porcelanas de esta sala podemos observar cómo  algunas de las tesis que hemos mantenido respecto al reparto de espacios, trabajos y funciones sociales de hombres y mujeres en Europa, son válidas también para otras culturas. Las escenas que nos ofrecen las decoraciones de jarrones y otras porcelanas en esta sala muestran  el mundo de los pactos e intercambios, así como el mundo del poder,  como un  mundo masculino que excluye a las mujeres. Los espacios que comparten son los tiempos de ocio, de seducción, placer  y divertimento.  Es decir, nos conecta con la constante del reparto asimétrico de derechos y funciones sociales  respecto a hombres y mujeres -cualquiera que sea su condición social-  en la historia. Las decoraciones se extienden a las vajillas y otros objetos de uso cotidiano, lo que favorece la difusión y naturalización del discurso.

 Pensar cuándo, dónde y en qué dirección se han producido cambios en las diferentes culturas, nos hará tomar conciencia de la desigualdad en la dinámica social de los pueblos en la lucha por la igualdad de derechos, así como en los peligros de involución o marcha atrás que siempre acechan, como es fácil demostrar en nuestro tiempo en diferentes espacios culturales.

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