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Las mujeres en el Museo González Martí
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El vestíbulo de esta primera planta vuelve a conectarnos con figuras femeninas de carácter simbólico que podríamos asociar a un valor esencial para las sociedades burguesas: la protección de la información y de los bienes patrimoniales.
Una pequeña figura de Atenea, vestida con armadura, casco y lanza, defiende la puerta de acceso a los “secretos” que guarda el bargueño, mueble español que alcanzó gran fama en los siglos XVI y XVII. Los bargueños presentan diferentes motivos (figuras en bulto redondo) en el lugar donde aquí tenemos a Atenea. En el museo se exponen bargueños con la figura de Hércules en una escena de los 12 trabajos, luchando o vencedor (en la sala de personajes ilustres). Este mueble, que actuaba como elemento decorativo, escritorio y guardián de objetos pequeños y valiosos, podía ser trasladado fácilmente si era necesario. La simbología de Atenea puede ser múltiple: defiende y protege, pero también puede ser aviso de peligro, amenaza, para quienes osen acceder sin autorización a este espacio privado. Las diosas, obviamente, tienen cualidades y posibilidades que las alejan del común, pero no debemos olvidar que quienes cuidan y gestionan el espacio doméstico – y por tanto todo lo que en él se encuentra- son las mujeres. Así, Atenea simboliza la protección: ¿quizá simbolizando la capacidad protectora y de cuidado del hogar que se reconoce a las mujeres?
Flora es la diosa de las flores y los jardines, asociada a la primavera, y símbolo del tiempo de crecimiento, de vida y producción. Ambas diosas fueron objeto de culto de asociaciones femeninas en la antigüedad, un culto festivo acompañado de danzas que sacaba a las mujeres como colectivo al espacio público, temática interesante en un siglo XIX que ve crecer el asociacionismo y las reivindicaciones sociales de las mujeres.
Es interesante, por otra parte, que ambas figuras están asociadas a actos de violencia contra las mujeres: violencia de Zeus contra la madre de Atenea; rapto de la ninfa griega Cloris –la Flora romana- por el dios del viento. La mitología del mundo clásico nos ofrece numerosos ejemplos de estas formas de violencia que, en ocasiones, legitima por diversas vías hasta nuestros días.