NEKRÓPOLIS: EL CEMENTERIO

ESTELA ÁTICA: VITRINA 22

Las mujeres están presentes en otros rituales privados de gran importancia como son los ritos funerarios, interpretados en gran medida por ellas, que eran las encargadas de arreglar los cadáveres purificándolos con agua y perfumes, envolviéndolos en el sudario y depositando en su boca la moneda que el difunto entregará al barquero Caronte en su travesía hacia el Más Allá, aunque este tipo de preparativos no suelen mostrarse en la pintura. El cadáver se exponía en la entrada de la casa, las mujeres hacían de plañideras realizando el lamento fúnebre y llevando las ofrendas a las tumbas como coronas de flores, ínfulas o pequeños vasos de perfume. En las tumbas se depositaban los grandes vasos decorados que formaban parte del ajuar fúnebre o los lécitos, pequeños vasos blancos, sobre las gradas de las estelas áticas. Estas ofrendas tienen un doble sentido, ya que muestran los actos piadosos de los vivos, al mismo tiempo que aluden a cualidades positivas de los difuntos.

TUMBA FEMENINA: VITRINA 23

TUMBA MASCULINA: VITRINA 24

EL VIAJE AL MÁS ALLÁ: VITRINA 25

En el universo mítico griego, los monstruos forman parte del imaginario religioso, y simbolizan el miedo al desorden, a que desaparezcan las categorías racionales que ordenan el mundo: las dicotomías que separan a humanos y animales, a mujeres y hombres y lo animado de lo inanimado. Lo monstruoso se opone a lo real, pero sobre todo a lo racional. No deja de ser curioso que una cultura como la griega, cree a sus dioses antropomorfos, mientras despliega una gran variedad de formas monstruosas y fantásticas, como si el imaginario no pusiera límites a la permeabilidad entre las especies, entre humanos y animales, entre el mundo vegetal y animal y por supuesto entre hombres y mujeres.

Los griegos pusieron sexo a sus monstruos, como lo pusieron a sus dioses. Conservaban cualidades masculinas monstruos como, el Minotauro, Cerbero, Tifón o los Grifos, y cualidades femeninas las Arpías, las Gorgonas, la Esfinge, o Escila. En esta vitrina podemos ver algunos de estos monstruos que conservan algo de femenino, aunque representan una alteridad que salta las leyes de la naturaleza, al dejar de definirse en oposición al varón, y mezclar categorías contrarias.

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